Revelación Por Norma Beatriz Sánchez

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Al caer la noche

caminaba despreocupada

a orillas del Rio Potomac

me detuve un momento para observar

el espectáculo luminiscente

que ofrecían las luciérnagas

prendían / se apagaban / iban y venían.

Mi perrito recién había muerto

lo imaginé persiguiendo

lucecitas intermitentes.

De repente irrumpí en llanto

bajo un frondoso árbol de magnolias

lloré por tantas ausencias acumuladas

padres / hermanos / abuelos

amigos / amores / poemas…

Me envolvió una sensación de encierro

me ahogaba / quería detener el tiempo

evitar más abandonos y separaciones.

Entonces entendí el enigma de existir

el tiempo es un círculo preciso

no puede ir más lento / ni más rápido.

La vida y la muerte / un ciclo infinito

de comienzos y finales

estamos atrapados

en una dimensión sin salida.

Las luciérnagas y magnolias

están subordinadas al verano

No hay crepúsculos ni lunas llenas

son nuestra percepción en movimiento.

El amor no termina / se transforma.

Los muertos siguen con nosotros

compartiendo  el mismo espacio.

El tiempo no se va / ni viene

es y está / es una sucesión repetida

de momentos / pausas y memorias.